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Medusas, Misteriosas y enigmaticas.

A pesar de no tener cerebro, esqueleto y corazón, esto no ha sido tropiezo para que desaparezcan las medusas, además de ser las únicas beneficiadas con el cambio climático, veamos algo de ellas.

En 2007 un equipo de científicos brasileños y estadounidenses descubrió fósiles de medusas en una roca de 500 millones de años de antigüedad. Sus huellas habían quedado impresas en una fina capa de sedimentos que permitía distinguir su forma de campana, los tentáculos y hasta las gónadas. Los primitivos especímenes exhibían la misma complejidad que las medusas actuales, lo que implica que este grupo de animales podría ser mucho más primitivo de lo que se creía hasta ahora. El hallazgo fue publicado en la revista PLoS ONE.


Las medusas son animales carnívoros muy voraces. La ortiga de mar, Chrysaora quinquecirrha, por ejemplo, puede consumir diariamente más del 90% de todo el zooplancton generado en la bahía de Chesapeake (Estados Unidos) en 24 horas. Sus tentáculos miden 6 metros.

Tripedalia cystophora es una hábil nadadora capaz de esquivar con destreza las raíces de los manglares en las aguas caribeñas en las que habita. ¿Su secreto? Doce pares de ojos, algunos de ellos especializados en apreciar sutiles diferencias en la intensidad luminosa. Sin embargo, todo apunta a que estos cnidarios, que se conocen vulgarmente como medusas cubo, no perciben los colores.

Esta cría de ratón transgénico muestra un deslumbrante aspecto bajo la luz ultravioleta gracias a que entre sus genes se ha incluido al encargado de sintetizar la proteína verde fluorescente (GFP), que procede de la medusa Aequorea victoria. El uso del GFP en los laboratorios está revolucionando la biología moderna, ya que permite estudiar a fondo la actividad de numerosas proteínas y genes en diferentes seres vivos, incluidos mamíferos.


En 2006, la empresa israelí NanoCyte obtuvo una patente para usar los cnidocistos, las células urticantes que tachonan la superficie de los tentáculos de las medusas, como sustitutos de las tradicionales jeringuillas, extrayendo previamente su veneno. El original invento, que se pondrá a la venta en forma de crema, podría utilizarse para administrar anestesia, tratar los problemas de acné, inyectar insulina a los pacientes diabéticos o, incluso, tatuar nuestra piel de forma rápida e indolora.

Se conocen más de 4.000 especies de medusas en todo el mundo. Algunas como Atolla wyvillei viven en aguas profundas (entre 500 y 4.500 metros), donde nunca reciben luz solar. Cuando se ve amenazada, esta criatura abisal emite un resplandor fulgurante que normalmente ahuyenta a sus enemigos.


Uno de los depredadores más temidos en las gélidas aguas del Ártico es Mertensia ovum, un tenóforo –filo que guarda parentesco con las medusas– con sólo dos tentáculos y muy transparente que se camufla a la perfección.

No es una simple brocheta, sino un sabroso plato oriental hecho a base de medusa laminada semiseca aderezada con sal, aceite, fécula y un poco de chile. Este animal se ha convertido en el último grito en los restaurantes chinos, tailandeses y japoneses de todo el mundo. Su textura, aseguran los que la han probado, es muy crujiente.


Este robot se mueve como medusa en el agua. Se llama Aquajelly y está dotado de ocho tentáculos con una estructura Fin Ray Effect®, que se contraen como las aletas de un pez.

Cada medusa-robot decide por sí misma las maniobras que ejecuta, detecta las estaciones de recarga de energía en la superficie del agua y emite señales de posición para comunicarse con sus compañeras. La empresa alemana FESTO planea crear una comunidad completa de estos robots inteligentes para que trabajen de manera autónoma bajo el agua.


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